Saturday, November 3, 2007

¡Cambio!


Por Helen Aguirre Ferré


Las juventudes de Venezuela y Cuba desean el cambio. Lo demuestran en las masivas protestas en las calles de Caracas en contra del autoritarismo de Hugo Chávez y en La Habana, donde los muchachos oyen música de rap y raeguetón con temas antigubernamentales. Algunos usando pulseras de goma blanca con la palabra CAMBIO inscrita.
Aunque el mensaje detrás de la música ha penetrado mucho más de lo que las autoridades se imaginan, si es que entienden la letra no demuestran temerla. Sin embargo, sí se aterran por las bandas de goma blanca.
El lunes pasado, los agentes de seguridad y la policía cubana no tenían nada mejor que hacer que "detener," como se le dice suavemente a los arrestos en Cuba, durante varias horas hasta la madrugada del martes, a decenas de jóvenes de diversas edades que llevaban las pulseras de CAMBIO. Otros fueron llevados desde sus casas el martes hasta el jueves.
La supuesta provocación parece haber sido que un grupo de 16 muchachos había protestado por las manipuladas elecciones municipales el domingo en el centro de La Habana, muchos de ellos portando las pulseras blancas. Algunos temen que este nuevo mensaje por parte del gobierno sea para frenar la disensión a través de la represión. Arrestar a los jóvenes es también una manera eficaz de llegarle a los padres: o controlan a sus hijos o no nos hacemos responsables por lo que les puede pasar.
Parece que las pulseras de CAMBIO fueron enviadas desde Miami por una fundación que busca alentar el proceso democrático y su popularidad, aunque pueda ser por el caché de vestir a la moda occidental, incomoda a los comunistas.
En verdad, los hermanos Castro y compañía tienen buenos motivos para temer a la oposición. Los quieren botar del poder y ¿quién los puede culpar? El gobierno que provee la casa, la educación la medicina y el empleo, de la misma manera se los puede quitar. La comida está racionada a pesar de que los Estados Unidos es el mayor proveedor de comida a la isla. A pesar de sus estudios, gana más un médico cubano recibiendo propinas en un restaurante que ejerciendo su profesión. Se siente la frustración de los jóvenes. ¿Qué hacer?
Algunos creen que si Estados Unidos quitase el embargo comercial y permitiese viajes a Cuba el cubano descubriría los valores democráticos y los adoptaría. Si las autoridades no permiten ahora que los cubanos se mezclen con los visitantes ejerciendo un apartheid turístico, aproximadamente dos millones visitan la isla anualmente, ¿por qué lo permitirían después?
Muchos de los turistas que viajan a Cuba, hombres en particular, se llenan de licor y se procuran jovencitas de poco más de catorce años; éstas, desesperadas por un baño con agua caliente y un buen plato de comida, se venden baratas, botando lo más bello que tienen para nunca poderlo recuperar. No veo cómo un turista bañado en "mojitos" haga algo para fomentar los valores democráticos.
Y es que esos valores viven actualmente en Cuba hoy, se ve en los que tienen el coraje de ostentarlos aunque terminen en las cárceles, en el exilio o en el cementerio. Pero nunca en el olvido. Por eso hay que aplaudir a esos jóvenes con sus pulseras blancas de goma que tanto intimidan, con su música de lamentos por las faltas de libertades fundamentales y sus deseos de un futuro mejor en donde ellos sean los protagonistas y no un gobierno fracasado. Para eso está el cambio.

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