Por Helen Aguirre Ferré
Todos hemos sido afectados por la rápida alza en los precios de la propiedad y los impuestos consiguientes. Estas alzas han no han estado en proporción con los aumentos, si es que los ha habido, en sueldos y jornales.
Si a esto se le agrega el altísimo costo de las primas de los seguros de huracán, viento e inundación, junto con el precio de la gasolina, se puede ver que la vida en Miami-Dade se ha puesto demasiado cara para una gran cantidad de personas que nacieron acá pero miran a otros estados en donde la calidad y costo de vida es mejor.
Por eso, el Gobernador Charlie Crist y el presidente de la Cámara de Representantes Marco Rubio, se propusieron rebajar los impuestos de huracán primero pero eso resultó demasiado complicado porque las compañías de seguro fueron clarísimas en decir que dejarían de ofrecer pólizas si se les limitaba lo que podrían cobrar. De ahí, el enfoque se trasladó al impuesto sobre la propiedad.
Esa es la Enmienda #1 por la cual se votará este martes 29 de enero. Como enmienda a la Constitución, se necesita el 60% de la aprobación de los votantes a nivel estatal para que sea adoptada. Si la votación fuese hoy, las encuestas demuestran que perdería por sólo el 5% pero tomando en cuenta de que existe un 14% de la población que esta indecisa, el resultado final podría ser otro.
La pregunta que todos se hacen es si esta enmienda conviene o no y la respuesta es que depende de las circunstancias de cada uno. Específicamente, la enmienda permite que los dueños de vivienda que actualmente reciben $25,000 de exención de "homestead" recibirían casi el doble de eso, o sea, $40,000 en reducción sobre el valor de la propiedad. Adicionalmente, se podría trasladar cualquier ahorro de impuestos de vivienda a una casa nueva. Estos descuentos no se pueden deducir del costo de la educación local. Se calcula que el 40% de los impuestos sobre la propiedad van para la educación primaria y secundaria.
Aquellos que han vivido diez años o más en su hogar podrían recibir la mayor cantidad de beneficios ya que pueden vender su casa y trasladar cualquier ahorro a la nueva vivienda nueva. Actualmente, pocas personas buscan comprar o vender porque la diferencia en los impuestos de una nueva compra resulta ser cuatro o cinco veces más de lo que pagan actualmente.
Para el que tiene poco tiempo en su casa propia, el ahorro es casi inexistente, con la ligera ventaja de que el mercado está tomando las riendas en el asunto y se ve que el costo de las propiedades y los intereses van bajando.
Se calcula que el ahorro para los propietarios sería de unos $240 al año y aunque algunos se quejan que no es suficiente, y no lo es; para otros, algo es algo. Cualquiera que encuentre dos billetes de $100 en la calle, al ver que no tienen dueño, se los guardarían en el bolsillo en vez de dejarlos, pero hay quienes dicen que es mejor ignorar este ahorro por miedo a que si esta enmienda es aprobada, nada más se haría para rebajar los impuestos. El Representante Rubio dice que ése no es el caso.
El tiene una campaña de recogida de firmas para poner en la boleta de noviembre una enmienda que limite los impuestos sobre la propiedad al 1.35% y que la diferencia salga del impuesto sobre la venta. Si uno no compra, no tiene que pagar, según argumenta Rubio, pero uno siempre tiene que pagar la hipoteca, el seguro de huracán y los impuestos sobre la propiedad aunque le vaya mal económicamente.
A pesar de que hay quienes dicen que estas rebajas de la Enmienda 1 serían perjudiciales para la seguridad municipal, está claro que el servicio de policía y de bomberos no quedará reducido. Y existe el dinero de bonos ya aprobados por los votantes hace varios años destinados a muchas mejoras que apenas se ha implementado.
Para el que se siente económicamente apretado ahora, éste es el momento de votar SI para recibir un modesto ahorro y enviar un mensaje a los gobiernos municipales y estatales de que basta ya de impuestos arbitrarios. Para el que es optimista y piense que es mejor esperar a que el gobernador y el cuerpo legislativo lleguen a un mejor arreglo que ofrezca un mayor ahorro, la respuesta es votar NO.
En este momento, yo me siento poco optimista y votaré SI por el ahorro que se me ofrece ahora.