Por Helen Aguirre Ferré
La industria del juego está muy interesada en entrar al Condado de Miami Dade. Aunque una enmienda para permitir máquinas tragamonedas fue rechazada aquí hace unos años, está de nuevo en la boleta de enero 29.
No hace tanto tiempo que el juego se asociaba con la mafia y otros elementos criminales que se aprovechan de los más débiles y vulnerables. Hoy, la fiebre del juego ha llegado a su punto más alto en los Estados Unidos, con más de cuarenta estados – incluyendo el Distrito de Columbia – que permiten alguna forma de juego. La idea es que el juego ayudará a traer muy necesarios fondos para las arcas estatales. Pero ¿quiénes son los que más probablemente jugarán en las máquinas tragamonedas? Posiblemente los que más tienen que perder.
El Condado Miami-Dade tiene mucho que perder con esta propuesta. Ahora que la Ciudad de Miami y el Condado están trabajando unidos para ofrecer ayuda a las comunidades necesitadas, mejorar nuestros parques y museos, encontrar mejores formas de administrar el puerto y eventualmente ofrecer estacionamiento apropiado para el Centro Arsht de las Artes Escénicas, para sólo nombrar unas cuantas cosas, algunos están dispuestos a que nos juguemos nuestras pequeñas ganancias en las promesas vacuas de una industria nada recomendable.
Específicamente, se les preguntará a los votantes que permitan máquinas tipo Las Vegas en tres centros de apuestas mutuas del Condado Miami-Dade que enfrentan problemas económicos: El Canódromo Flagler, el Miami Jai alai y el Hipódromo Calder. Como han hecho anteriormente, las fuerzas a favor de los casinos están haciendo fabulosas promesas de que el juego traerá nuevos empleos, crecimiento económico y que atraerá más turismo. También prometen que cobrándoles un impuesto del 50%, darán una muy necesaria ayuda económica para nuestro sistema escolar. Pero, ¿es cierto todo esto? Esa no ha sido la experiencia en el Condado Broward.
El Condado Broward aprobó máquinas tipo Las Vegas en el 2004 como respuesta a que el rico y creciente condado necesitaba más fondos de los que el estado le estaba suministrando. Los residentes tontamente aprobaron una enmienda para poner las máquinas tragamonedas en los hipódromos para ayudar a esa industria, pero ese no ha sido el caso.
Para los residentes de Broward, la oportunidad de obtener fondos adicionales para la educación no debía dejarse pasar. Desgraciadamente no se fijaron en un pequeño, pero muy importante detalle cual es que todos los fondos van directamente a Tallahassee y allí se distribuyen entre los 67 condados. Con todos los dolores de cabeza que el juego ha traído al Condado Broward, los dólares para la educación no están allí. Fue un error tan obvio que los que proponen las máquinas para Miami-Dade pocas veces mencionan la educación como la principal beneficiaria del juego.
Es irónico que la educación se haya asociado con el juego. No se le puede ocurrir a nadie que mientras más educado uno sea más pondría el dinero que ha ganado con su trabajo en manos de un bandido con un sólo brazo (one-armed bandit, nombre que se les da a la máquinas), pero eso es otro tema.
El juego es simplemente una mala política económica y gubernamental. El juego saca el dinero de la economía local. Las economías simplemente no son estimuladas por gente que pone su dinero en una inversión riesgosa como es el juego tipo Las Vegas. Además, los centros de juego están aislados: es decir, ellos ofrecen la comida, bebidas y entretenimiento todo en un lugar por lo que no hay un efecto de filtración para ayudar a desarrollar y promover otras industrias. Es más, afectarán adversamente a otras industrias, particularmente las pequeñas tiendas familiares que son gran parte de la estabilidad económica del Condado Miami-Dade.
En cuanto a los dólares que pudieran hipotéticamente producir para la educación, si el Condado Miami-Dade quiere más fondos para educación, dólares que se quedarán en el condado, podemos financiar una emisión de bonos locales, pero llevar la gente al vicio es una mala política gubernamental. Aunque el juego es permitido en algunas ciudades, en propiedades de tribus indias o en buques de crucero esto no quiere decir que sea algo conveniente para que lo adopten las ciudades y condados. El gobierno debe ser una fuerza moral en la sociedad, no una fuerza corruptora.
Los votantes deberían estar iracundos de que haya algunas personas, particularmente los que ostentan cargos públicos, que estén promoviendo el juego como algo bueno cuando lo que necesitamos son industrias fuertes y estables que ofrezcan empleos bien remunerados para mantener el bienestar de las familias en nuestra comunidad. Es cuestión de la calidad de vida que hemos visto erosionarse. Esta es la razón por la cual muchos están dejando la Florida para irse a otros estados que hacen más por proteger a las familias trabajadoras.
El juego es una estafa y lo sabemos. Causa dolor a los más necesitados y es una fuerza corruptora. Vende la fantasía de riquezas inmediatas en vez de promover el trabajo y los ahorros como un buen sistema de vida. Si el gobierno está buscando formas de aumentar el turismo en el condado, debe empezar por darles más apoyos a las artes, como hace la Ciudad de Nueva York, que son un atractivo económico y educacional para la ciudad. Esto sería un movimiento progresivo para mejorar.
El Condado Miami Dade ha votado contra el juego antes y debemos votar en contra el 29 de enero. Podemos a aspirar a algo mejor y debemos exigir que los que formulan la política nos ayuden en esta aspiración.
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