Saturday, September 1, 2007

¡A punto de costar más transitar la I-95!



Por Helen Aguirre Ferré


La carretera I-95 va a ser reconstruida… DE NUEVO. Peor es el motivo por el cual se va a hacer. El gobierno federal le ha dado al Sur de la Florida $62.9 millones para crear nuevos carriles de peaje con precios que fluctuarán hasta $6 cada viaje durante la hora punta del tráfico. La propuesta extensión de 21 millas sólo puede hacerse estrechando el ancho de los actuales carriles para acomodar los nuevos y caros carriles de peaje.
Hubo una época en que uno trataba de evitar transitar por la I-95 a la hora del "rush". Hoy, la hora del "rush" o la hora punta, es todo el día. Pero ¿es la respuesta al problema del tráfico un sistema de peaje que claramente es demasiado caro para la mayoría de la población?
Para un viaje del centro de Miami al centro (downtown) de Fort Lauderdale a la hora punta, uno tendría pagar $6 para poder transitar por los nuevos carriles de peaje. De regreso, por la misma vía, serían otros $6. El viaje podría costar $12 por encima de todo el dinero que los contribuyentes pagan por el sistema de carreteras con los impuestos. El viaje se hace tan caro que los críticos de este proyecto llaman a esos nuevos carriles de peaje los "Carriles Lexus", porque esos sólo podrían ser usados por personas adineradas, algo que no se compadece con el concepto de transporte público. En vez de ayudar a la gran mayoría de usuarios, estos carriles sólo ayudarían a la minoría.
Los planificadores estatales y federales ciertamente no piensan que esto es así. Parte de las mejoras irán para el sistema de ómnibus en estos nuevos carriles sin cargo adicional a los pasajeros. Los ingenieros de transporte aspiran a que esto aliente a los que viajan regularmente entre los condados de Miami-Dade y Broward a usar el sistema de ómnibus más a menudo. Y lo harían si estos ómnibus de la autopista los dejaran y los recogieran en un lugar conveniente y a la hora indicada.
Pero todos sabemos que esto no va a resultar así. Parte del problema es que ni Miami-Dade ni Broward tienen un "downtown" donde trabaje o vaya a distraerse todo el mundo. Lo cierto es que todos vivimos y trabajamos lejos unos de otros, haciendo poco factible el uso de los carriles exclusivos para autos con varios pasajeros o "carpool lanes" y del limitado transporte público que tenemos. Las paradas de ómnibus cubiertas están en estado lamentable, especialmente con el intenso verano del Sur de la Florida donde el índice de calor se mantiene por encima de los 88 grados por meses. ¿Quién puede darse el lujo de esperar en ese calor por un ómnibus que se sabe siempre llega tarde?
Ciudades de todo el mundo que tienen buenos sistemas de transporte cuentan con modos de transporte que se interconectan, ómnibus, metro rail, ferries, taxis y hasta automóviles pueden complementar y aliviar los problemas del tránsito cuando existe coordinación. Pero el sistema de Miami-Dade funciona como un mal matrimonio
¿Cómo es posible que en un destino turístico como Miami-Dade resulte imposible buscar un taxi en la calle? Así es. Uno tiene que llamar y hacer arreglos previos para que un taxista lo recoja. El metro rail funciona bien pero solo se construyo la primera fase abandonando el enfoque en el transporte público. Los puentes están bajo arreglos, todos a la vez. Y nos preguntamos ¿por qué la gente está irritada?
Este plan de las carrileras de peaje nuevas para la I-95 será un desastre para el Sur de la Florida. Los que no puedan pagar ese exorbitante nuevo impuesto, disfrazado con el nombre de peaje, sólo tendrán cuatro carriles para transitar sin pago adicional y habrá una mayor congestión a toda hora. ¿No sería mejor hacer un carril elevado de peaje por encima de la I-95, o sea un segundo nivel, sin reducir más los carriles regulares de esa carretera?
Es como si nuestros funcionarios, por muy bien intencionados que sean, no entienden lo difícil que es vivir y moverse en Miami-Dade para la gran mayoría. Por eso, muchos se están mudando a las Carolinas o a Georgia. Menos glamour, quizás, pero más calidad de vida. ¡Qué pena!

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